viernes, 23 de diciembre de 2022

Icaro, asaltar el cielo

Si aprendiéramos de las narraciones mitológicas,  estaríamos advertidos del peligro de la soberbia, entre otras cosas.
Éstos tiempos en los que surgen partidos políticos que parece que se quieren comer el mundo y el bocado se les atraganta, desde UPyD hasta PODEMOS y quizá Vox con el tiempo y otros que no me vienen ahora a la mente; la falta de humildad y la ambición
En éste sentido, lo que más resuena una mañana como la de hoy, es el batacazo del partido PODEMOS, que hace muy pocos años surgió aprovechando la energía del 15M  Y la sensación de angustia y hartazgo de las gentes.
Y ahí aparece una nueva formación política con gentes obsesionadas con el reloj; tic tac, tic tac, repetían intimidantes, chulescos.

El cielo no se toma por consenso sino por asalto, dijo su insigne líder, Pablo Iglesias y es que aspirar a dominar el mundo es una cosa pero el cielo...Al cielo no le gusta que le toquen las narices. (Que se lo pregunten a Prometéo).

Y es cuando después de lo de ayer noche, cuando escucho a una politiquilla mediocre,  dar la cara en nombre de Pablo Iglesias; un tipo  que quiere ser ministro pero que no es capaz de dar la cara cuando "pintan bastos", viene a la mente aquel personaje Icaro.


Icaro era hijo de Dédalo y ambos estaban prisioneros en la Isla de Creta y para intentar huir,  fabricó unas alas con las que poder salir volando y dejar la isla atrás, adhirió las alas a los hombros con cera y advirtió a su hijo, de que no se elevara demasiado,  porque si se acercaba demasiado al Sol, la cera se podría derretir; pero tampoco demasiado bajo no fuera que las alas se mojaran y se hicieran muy pesadas.
Pero Icaro vio que pudo salir de su confinamiento y "se vino arriba", como dice la expresión, se entusiasmó; creyó, entusiasmado, que podría ir aún más arriba y desoía los consejos de su padre.
Pero Icaro perdió de vista el objetivo real de su misión, que no era elevarse sino escapar de la isla y entusiasmado con la experiencia de volar siguió elevándose.
Como consecuencia, la cera se derritió e Icaro cayó al mar en donde perdería la vida.

También hay un mito famoso al respecto, el de la Torre de Babel, que ya traeré al blog en otro momento.
No, al cielo no se accede ni por asalto ni por consenso y quien busque esa vía del atajo o la trampa caerá.

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