viernes, 23 de diciembre de 2022

El rehén.

Según lo que informa la web del Museo del Prado:
Eugenio Alvarez Dumont; pintor español nacido en Tunez en 1864 y fallecido en Buenos Aires en 1927; estudió en la Academia de San Fernando en Madrid y en Roma.
Pintor de género, en éste caso de temas bélicos e históricos.
Al final de su carrera se dedicó a temas costumbristas.




 Seguro que todos, al menos los españoles, habéis visto uno de sus cuadros, el de Malasaña y su hija  se baten contra los franceses, porque fue la portada de una novela de Perez Reberte acerca de ese día histórico; un  cuadro que narra la muerte de dos héroes madrileños en el inicio de la guerra contra el francés.

 Malasaña y su hija se baten contra los franceses







Pero el cuadro de éste pintor que más me llama la atención es éste,  el de "El rehén". pintado el 1891.

Lo que nos narra está en la parte izquierda del cuadro, la más iluminada y en donde está el personaje  protagonista del cuadro; una persona de mediana edad que está sentado y quizá reflexiona acerca de su suerte,  temiendo quizá por su vida.
Se le nota abatido y espera resignado.
En el otro lado del cuadro y en la penumbra, se aprecia la presencia de uno de sus guardianes.

Por el uniforme, podría ser un soldado francés de infantería, posiblemente un granadero a pié.








Tratándose de un rehén, la narración del cuadro sería la de un oficial napoleónico capturado y el pintor, expresa a través del gesto de soldado cautivo,  la tristeza y desolación de quien teme por su suerte.

¿Y qué es un elemento aislado de conjunto al que pertenece?  Así éste oficial, formaría parte de un ejercito casi invencible y del que seguramente, se sentiría orgullo de formar parte sin caer en la cuenta de otra cosa que sus hazañas, que son un mérito del cuerpo del que formaba parte y ahora, aislado, se percata de su insignificancia.
Soledad enfatizada por la voluntad del artista de que su vigilante sea lo más invisible posible al ojo del espectador y la luz, que cae directamente sobre el soldado en un patio vacío.
Lo que me gusta de éste cuadro es el retrato de la emoción del soldado;  abatido;  entrelaza los dedos de las manos y el cuerpo se inclina hacia adelante arqueando la espalda.

Invita a que el observador especule acerca de los posibles pensamientos y emociones del rehén.




















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