Kierkegaard, (1813-1855). Un filósofo danés de formación luterana, es uno de los precursores del existencialismo.
Kierkegaar centró su preocupación en el individuo, de modo que la existencia del ser humano tenía valor en cuanto a sus particularidades individuales y subjetivas, por lo que el individuo necesita de la libertad para desarrollarse plenamente.
Y pienso que tenía razón, porque la persona, considerada como un elemento más dentro de un grupo, no puede desarrollarse plenamente según sus propias inclinaciones o vocación, el ser humano solo puede encontrar sentido a la vida a través del desarrollo pleno de su propia existencia, de manera indivial y aislada del grupo del que inevitablemente forma parte.
Una existencia limitada por condicionantes, excesivos, como un enorme peso sobra las espaldas de las personas, impide el caminar suelto y ligero.
La existencia en plenitud tiene que ver con seguir el sendero que intuimos, que nos llama desde lo más profundo de nosotros mismos.
La persona no es un objeto estudiable objetivamente, por mucho que la mente humana esté muy estudiada, a excepción de sus respuestas ligadas a los condicionamientos biológicos a los que está sometido por la naturaleza de su cuerpo, cada ser humano es un proyecto vital único e irrepetible, y la naturaleza de esa subjetividad trascendente, es la consecuencia de estar dotado de consciencia y de voluntad propia.
El ser humano puede ser estuduado, pero ese estudio siempre hablará de la persona como parte de un colectivo, las caracteristicas individuales no pueden ser consideradas.
La pregunta acerca del sentido de nuestra existencia, suele aflorar en tiempos de crisis, cuando el “yo real” de cada ser humano emerge.
El inicio del siglo veinte fue sin duda alguna muy duro, sobre todo para una Europa convencida de que podría construir un mundo perfecto con el solo uso del criterio racional.
las ideas que recorrieron Europa con éxito, derivadas del socialismo utópico y del marxismo, que otorgan preferencia al grupo antes que al individuo, crean un pensamiento pesimista que acaba reflejándose en personajes como Sartre.
El fracaso de Marx fue en mi opinión, el no considerar la naturaleza humana; con sus pasiones, anhelos personales, etc, como generador de la acción, ahora los existencialistas buscarán esa naturaleza humana e intentarán explicarla.
Sin embargo la explicación no puede pasar de los límites que el pensamiento racionalista establece, de modo que lo trascendente es lo que mejora al hombre desde la perspectiva ética y social, la existencia misma es el periodo de tiempo del que disponemos y nosotros somos el objeto que trasciende.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Los comentarios estan moderados, serán publicados cuando sean aceptados, gracias