domingo, 16 de abril de 2023

Milagro de Haarlem

Cuando uno ve éste cuadro piensa en un hombre y una mujer disfrutando de la sexualidad, con el morbo añadido de que son un monje y una monja y ese es precisamente el titulo de éste cuadro del pintor Cornelis Cornelisz van Haarlem.  Se trata de un pintor nacido en Haarlem en 1562 y fallecido en 1638.




Ser monja en tiempos pasados, era la oportunidad para la mujer de desarrollar una vida libre e independiente; fueron muchas las mujeres  con inquietud artística e intelectual,  que optando por la vida monástica desarrollaron esas inquietudes en los Conventos; podemos hablar de Hildegarda de Bingen, en Alemania y otras más cercanas que también adquirieron notoriedad, como Maria Jesús de Agueda, consejera personal de Felipe IV;  Juana Ines de la Cruz, religiosa y escritora; por poner solamente dos ejemplos.

Europa del Norte en cuestión de limites de libertad personal,  siempre ha ido un poco por delante de los países del Sur,  incluso en cuestiones de practica religiosa.
También es cierto que las circunstancias obligan y en una época de guerras constantes, una mujer viviendo sola lo iba a tener muy mal para salir adelante.
Una forma de que viuda y mujer soltera por culpa de las guerras , pudiera desarrollar sus vidas, solas y sin sufrir las consecuencias, era la vida religiosa y así aparecieron las monjas Beguinas en el siglo XII; más que monjas, eran una sociedad de mujeres religiosas laicas.

No estaban sometidas a ninguna regla como el resto de monjas y no estaban sometidas a la estructura de la Iglesia Católica, eran mujeres laicas,  libres e independientes y que construían pequeñas comunidades en las que no podía entrar más hombre que el sacerdote que las atendía espiritualmente.

Digo ésto porque la monja que el pintor retrata es una monja beguina y la escena se refiere a un acontecimiento que según narra la leyenda, fue milagroso.
Cuanta una leyenda que una monja fue acusada de haber quedado embarazada y de haber ocultado el embarazo y nacimiento del bebé; de modo que la mejor prueba de que no había tenido a la criatura, era presionar el pecho de la mujer, de haber parido,  del pecho saldría leche,  evidenciando que la acusación era cierta, sin embargo, lo que ocurrió fue que del pecho salió no leche, sino vino.

El pintor cuidó que las expresiones de los protagonistas no mostraran agrado por lo que hacían, así la monja parece apartar con su mano al monje y su gesto es más de perturbación que de placer; el fraile que la examina se muestra ausente, sin emoción.
Otro elemento que nos hace pensar en la leyenda del milagro, es la copa con vino en la mesa.

Ahora bien ¿Es cierta la leyenda que narra el cuadro?  Durante mucho tiempo, se pensó que el cuadro daba a entender la perdida de calidad moral de las monjas y la existencia de inspectores que comprobarían la posible falta al voto de castidad, si había sospecha sobre alguna monja de haber tenido un parto, se presionaba el pecho de la sospechosa y si salía leche era culpable; sin embargo lo que se considera en la actualidad, es la narración de un milagro.

Lo que habría que preguntarse,  es si el milagro narrado es reflejado por el pintor o la leyenda del milagro es obra del cuadro.
Puede ser una leyenda perdida debido al paso del tiempo,







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