domingo, 27 de noviembre de 2022

Masonería, el arte de la medida


Los constructores medievales eran cristianos y a lo más, les interesaba la geometría como el elemento fundamental para realizar sus trabajos. todo lo que en la actualidad se achaca a reminiscencias paganas, tiene más que ver con la necesidad, una vez que el elemento cristiano es extraído de la tradición masonica, de darle contenido a lo que se queda sin sentido, por otro lado en el siglo XIX se produce un redescubrimiento del paganismo y se intenta reconstruir una tradición hermética de la que ya solo quedaban unos trazos. Ese redescubrimiento del esoterismo occidental y de lo pagano, fue una consecuencia más del romanticismo propio de ese siglo que transformó a Europa.
Pero la Masonería Moderna toma de los constructores solo lo que la actividad constructora tiene de paradigma, cuanto más nos acercamos a ese momento del XVIII en el que se constituye la Gran Logia de Londres, más recuperamos un sentido que conserva la vigencia por ser universalista y arquetipico, la de construcción y un sistema basado en un esoterismo propio ligado a las herramientas del oficio. El siglo XIX fue un accidente perturbador que afectó (¿Como no?) a la masonería.

En estos momentos el edificio masónico, se asemeja a una construcción  gotica a la que se le han añadido elementos barrocos, modernistas...y tenemos que decidir si queremos recuperar el edificio original o mantener la mezcolanza de estilos.
Yo opto por recuperar el aspecto inicial del edificio, al menos en buena parte de él,  pues en este caso y dado que la ruptura del XVIII significó una apuesta por un modelo al que podemos llamar arquetipico, recuperar aquel espíritu universalista es reencontrarnos con su sentido original y lo que de mayor vigencia queda aún en la Orden.

Para los antiguos operativos o semioperativos  era en  la geometría en donde se encontraba el secreto del oficio, copio del Manuscrito Dumfries (1710) lo siguiente:

Hay siete artes liberales. La primera es el arte de los números, que enseña las virtudes intelectuales. La segunda es la gramática, unida a la retórica, que enseña la elocuencia, y cómo hablar en términos sutiles. 
La tercera es la filosofía, que es el amor a la sabiduría, gracias a la cual, con ayuda de una regla de los contrarios, se reconcilian los dos términos de una contradicción, se enderezan las cosas curvas y se blanquean las negras.
 La cuarta es la música, que enseña a cantar y a tocar el arpa y el órgano, así como todas las demás clases de instrumentos de música. Debe tenerse presente en el espíritu que este arte no tiene ni medio ni fin.
 La quinta es a lógica, que permite discernir lo verdadero de lo falso, y que sirve de guía a los jueces y a los hombres de ley.
 La sexta es la geometría, que enseña a medir los cielos materiales y todas las dimensiones de la tierra, así como todo lo que ella contiene. 
La séptima y última es la ciencia de la astronomía y la astrología, que enseña a conocer el curso del sol, de la luna y de las estrellas que orlan los cielos. 
Las siete artes juntas se fundan en la geometría, lo que nos permite deducir que es el arte más excelente, porque sostiene a las demás. 
En efecto, no hay hombre que trabaje en cualquier oficio que no utilice de alguna manera la geometría, pues sirve para pesar y medir toda clase de cosas sobre la tierra, en particular a los labradores y a los cultivadores del suelo (en lo que concierne a) los granos y las semillas, los vinos y las flores, plantas y demás. 
En efecto, aparte de la geometría, ninguna de las otras (artes) permite a los hombres medir.

Podemos decir que la masonería es el Arte de la Medida y sus instrumentos fundamentales, (la escuadra, el compás, el nivel, la plomada, la regla)  tienen como función la medición.
Y es que contar, medir, es hacernos una idea de la realidad, cabal,  real y positiva. Personalmente creo por esto, que la masonería no tiene ningún tipo de vocación mística o hermética, no al menos la masonería que se identifique con la Masonería Moderna,  pues en sus objetos simbólicos principales tienen como finalidad  el comprender la realidad, "tomarle la medida".
Cierto que la masonería posee otros símbolos no menos importantes, pero los instrumentos con los que trabaja el aprendiz y el compañero no hacen alusión a la metafísica sino a la comprensión de lo real y la acción.
Las herramientas de cada grado, junto al catecismo masonico, son las que determinan el sentido y función del grado, también la narración de las leyendas son indicativas de eso mismo.
No es lo mismo el grado de aprendiz, que posee un sentido más psicológico y preparatorio que el de compañero, que le da más importancia al aspecto empírico del trabajo del masón sobre sí mismo.
No incluyo al grado de maestro en esta definición de Arte de la Medida, pues el tercer grado tiene un sentido distinto a los demás; es más mistérico y sirve además en el R:.E:.A:.A:. como el engarce necesario a los grados del filosofismo.








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