sábado, 26 de noviembre de 2022

La Torre de Babel o la deificación del Yo

Va siendo hora de traer por fin al blog el tema de la Torre de Babel, pero en lugar de ponerlo en la sección de arte del blog, lo voy a poner en la sección de mitología bíblica
Me inspira traerlo porque de un tiempo a ésta parte  vienen saliendo artículos (1) acerca del riesgo de colapso de la humanidad debido a la contaminación y sus consecuencias.
El cambio climático podría provocar la necesidad de muchos miles de personas a moverse de un lado del planeta a otro, desestabilizando los sistemas económicos y productivos y agotando recursos como el agua.
Que la humanidad desaparezca por completo quizá sea exagerado, pero que las expectativas para el futuro son poco halagüeñas pues eso si que parece tener fundamento.

Y hay un tema que resulta interesante de plantear y es ¿Cuanto dura una civilización? Nada es eterno después de todo.

Una de las narraciones bíblicas que más me impactaron ya en la infancia, fue la de la Torre de Babel en relación con el orgullo humano.

Las narraciones como la de la Torre de Babel, nos hablan de la humanidad que piensa que nada se le puede resistir, que está por encima de los Dioses y que su voluntad no tiene limites.
Es una narración que nos expone una metáfora acerca del cultivo de la vanidad y del engreimiento colectivo; capaz de destruir cualquier obra en común; porque los grupos que entrar en la soberbia colectiva, contaminan a sus individuos con esa misma soberbia y el efecto, es el envanecimiento de cada uno de sus componentes.

Leemos en Génesis 11:
En ese entonces se hablaba un solo idioma en toda la Tierra, al emigrar al oriente, la gente encontró una llanura en la región de Sinar y allí se asentaron. Un día se dijeron unos a otros:
"Vamos a hacer ladrillos y a cocerlos con fuego"
Fue así como usaron ladrillos en vez de piedras y asfalto en vez de mezcla.
Luego dijeron "Construyamos una ciudad que llegue hasta el cielo. De ese modo nos haremos famosos y evitaremos ser dispersados por toda la tierra".
Pero el Señor bajó para observar la ciudad y la torre que los hombres estaban construyendo y se dijo " Todos forman un solo pueblo y hablan un solo idioma; esto es solo el comienzo de sus obras y todo lo que se propongan lo podrán lograr. Será mejor que bajemos a confundir su idioma, para que ya no se entiendan entre ellos mismos".
De ésta manera el Señor los dispersó por toda la tierra y por lo tanto dejaron de construir la ciudad. Por eso a la ciudad se le llamó Babel, porque allí fue donde el Señor confundió el idioma de toda la gente de la tierra y donde los dispersó por todo el mundo.  (2)

En principio puede pensarse que en esa narración que está en medio de la narración de la descendencia de Noé, es una forma de explicar el origen de los distintos idiomas, vale, puede ser  una explicación aceptable.

En el Nuevo Testamento, Cristo habla acerca de la inviabilidad de una sociedad dividida y su supervivencia:
"(...)Si una nación se divide en bandos se destruye a si misma (...)" Mateo 12:25
"Si una nación se divide contra sí misma no puede subsistir" Marcos 3.24
"(...)Si una nación se divide en bandos, se destruye a si misma y sus casas se derrumban" Lucas 11:17
Un tema relevante porque aparece en los tres libros sinópticos y el origen es un exorcismo lo que le lleva a pronunciar esa frase, pero el principio es el mismo, la unidad garantiza la continuidad y el éxito.  (Este texto me hace recordar la realidad española, pero esa es otra historia).

Quienes hayan estudiado la Biblia saben que el Nuevo Testamento no contradice doctrinalmente al Antiguo, pero hay que leer con atención y entender o intentar entender los matices.
Aunque los tres textos expuestos, hablan de una unidad de tipo espiritual o espiritualista, la metáfora que usa es acerca de la importancia de la unidad.

De modo que es un error considerar que el texto del Génesis,  se refiere a la unidad del pueblo como una causa de desagrado por parte de Dios. Hay que buscar en la acción que ése pueblo está desarrollando.
Como ocurre con el mito de  Icaro, que fue advertido de que no se elevara y se elevó,  el deseo de construir una Torre que alcanzara el cielo, es una actitud de soberbia que reta al cielo y saca a ese pueblo de los limites a los que está sujeto.
Si un pueblo no usa su poder y su capacidad de desarrollo, para favorecerse como comunidad, sino que se desarrolla como una forma de satisfacer su soberbia, será destruido.

LO ALTO
Los arquetipos están presentes en la mente humana, unos son individuales y otros colectivos; unos vienen "de serie" y otros son creados y  compartidos por el colectivo humano del que formamos parte y hay también, aquellos que son universales.
Es un arquetipo universal considerar que en lo alto está la divinidad y para  el ser humano, que se mueve  en la horizontalidad, elevarse es alcanzar el contacto con lo divino, ir más allá de su propia condición o naturaleza.
De hecho consideramos que la perfección espiritual es un "elevarse", un trascenderse, es decir, ir más allá de lo que somos para reconstruirnos en un sentido más orientado hacia la divinidad.
Por eso, Babel es una elevación que debe de ser cortada de raíz y se ha de establecer una medida que impida que vuelva a pasar, porque es una elevación no espiritual sino motivada por la soberbia; cuando el ser humano se eleva para rendirse culto a si mismo, está condenado a perderse en el esfuerzo.

La montaña, o más bien su cumbre, significa el lugar  más cercano a la divinidad y todas las culturas han tenido montañas sagradas:
El monte Meru en la India, en el que habita Shiva en uno de sus picos, el montaña del Olimpo en donde habitan las deidades griegas; o para los judíos el Templo de Salomón en el monte Moria o el monte Sinai, el Gólgota en el que muere Cristo o el lugar en el que Cristo expresa su sermón de la montaña o la transfiguración de Cristo en una montaña, sin olvidar el monte de los Olivos;  también es significativo que para los cristianos, el Pentecostés, cuando desciende a los apóstoles el Espíritu Santo, sea el denominado aposento alto, pero en la Biblia hay un montón de referencias a montes relacionas con la divinad: el monte Fuji en Japón; Popocatepetl en México...Y la lista sería tan larga que  aburriría.







LA MONTAÑA ARTIFICIAL

¿Y qué haces si estás en una llanura en la que no hay montañas? Pues construir una.
El ser humano tiende en relación con la divinidad, o reconocerla fuera y transformarse en su devoto o bien, convertirse ella misma en Dios.
Y cuando eso último ocurre, comienza a desarrollar, como hacen todas las religiones su nueva y propia doctrina; algo así cuando Abraham recibió de Melquidesec la iniciación en su sacerdocio y Abraham debió entonces de construir la doctrina del Dios único.

El ser humano crea doctrinas incluso cuando quiere huir de ellas; posiblemente cuando los humanos, que necesitamos crear estructuras sociales para sacar adelante un sistema social y económico que proporcione estabilidad y crecimiento al colectivo que conforma esa comunidad, termina también construyendo un pensamiento colectivo propicio y es ese pensamiento,  es el que da pie a la formación de una doctrina que buscará desarrollar y dar estabilidad a la masa que forma parte de esa estructura y lo interesante de ésto, es que podemos caer en la cuenta de la falacia que supone creer en que los colectivo sociales o los movimientos o corrientes de pensamiento, son los que lideran la evolución y transformación del colectivo.
Por ejemplo, los partidos comunistas y socialistas,  creyeron que ellos lideraron las mejoras de las condiciones laborales de los trabajadores, cuando fue el capitalismo, necesitado de consumidores, los que hicieron posible el progreso de las masas obreras, transformadas en pocas generaciones en masas consumistas o también, el  movimiento feminista cree estar liderando el progreso y la evolución de la  condición de la mujer en la sociedad actual, pero la liberación de la mujer comienza en el XIX con el sufragismo y continua evolucionando a la par de la sociedad y de sus necesidades económicas;  la necesidad de incorporación de la mujer a los procesos económicos, no es tanto una demanda progresista como una necesidad del capitalismo de recurrir a la mujer durante las guerras mundiales y después de ellas, generando una evolución y cambio en el pensamiento colectivo a la par de cubrir las necesidades del sistema productivo y sigue siendo así.

No son los movimientos sociales quienes lideran los cambios, son los cambios los que  generan movimientos sociales pero éste tema da para mucho lo dejaré para otra entrada del blog.

Desde los inicios del siglo XX y en parte debido al efecto de la I Guerra Mundial, se produce un surguimiento de vanguardismo en el Arte pero también en la sensibilidad colectiva, aunque tenga su "prehistoria" en el XIX, el rupturismo con el academicismo y por elevación, con el modelo social culpable de la gran crisis de principios de siglo

El rupturismo de principios del XX sigue influyendo en el pensamiento colectivo, sobre todo en aquellos que parecen haberlo adoptado como propio y me refiero a la izquierda, disconforme y constantemente enfadada,  como un adolescente contra el mundo, aunque no deje de ser parte de su proceso individual de construirse a si mismo, lo que ocurre es que la izquierda europea no termina de construir su modelo y continua en el rupturismo hasta que consiga, o no, un modelo colectivo posible y mientras lo consigue, se atomiza y participa en la atomización de sus propuestas, siempre a remolque de las propuestas de corrientes de pensamiento que surgen al margen de ella, que no buscan una construcción colectiva,  sino la defensa de la causa concreta y especializada que le afecta.
Así la izquierda actual;  se hace animalista, defiende la causa gay; se hace ecologista; apoyas las migraciones masivas; etc; atomiza su ideario ya  desvertebrado, porque desde que el marxismo y el socialismo real han pasado a la historia, no cuenta con una oferta colectiva y universal,

A veces me pregunto si es o no posible, construir un modelo colectivo útil para una sociedad desestructurada, en el ámbito de una Europa con regímenes democráticos; uno de esos planteamientos  que asustan cuando asoman la cabeza; porque en otros tiempos, se construía la sociedad con doctrinas que ponían a las masas a mirar a todos sus individuos hacia la misma dirección y eso, afecta en contra a la libertad individual pero beneficia al proyecto colectivo.
Y aquí es cuando nos encontramos con el gran obstáculo, la deificación de la voluntad individual en detrimento de una voluntad colectiva que fije un criterio común.

Me viene a la mente una frase del libro evangélico de Lucas, en la que Cristo dice aquello de que "...Todo reino dividido contra sí mismo, es asolado; y una casa dividida contra si misma, cae" (Lucas 11:17).
Hemos ido desarrollando, como una extensión del anhelo de libertad, para una Europa en la que esa libertad siempre estuvo constreñida, un desarrollo de la libertad individual que desemboca en el hedonismo más devastador.
El proyecto social común se diluye en el proyecto de la individuación; la estructura social se transforma en piezas sueltas de Lego; o como estructuras de ese juego de construcción  que juntas,  no construyen un elemento armónico, reconocible; común.

Ésto se aprecia cuando comparamos la mentalidad europea con la oriental, en la que la exageración no es el culto a la individualidad, como ocurre en Europa; sino el culto a la comunidad; que tiene, eso si, la ventaja de poder proyectar al conjunto de la sociedad hacia la consecución de logros colectivos, pero  que tiene por otra parte, el inconveniente de crear sociedades más bien neuróticas.

El tema de la torre de Babel, desde que lo descubrí hace ya un montón de años,  me hizo pensar en una sociedad que tuvo su fin porque quiso ir más lejos de lo que podía llegar; que cualquier civilización tenía su momento de ocaso sin solución.
¿Cuantas civilizaciones han desaparecido a lo largo de la historia? Sumerios; Hitittas; Egipcios; por supuesto el Imperio Romano y tantos otros; ellos y sus paradigmas y creencias y estilos de vida, han ido cayendo y olvidándose, aunque algunos ecos inconscientes resuenen silenciosos entre nuestras expresiones y costumbres actuales.
Pero el fin de la cultura occidental se nos viene encima (3);  pero los avisos escatológicos ahora son laicos,  no proceden del mundo católico romano, sino de una sociedad que comienza, quizá ya tarde para reaccionar, de que el cuento se acaba.



(1) El fin de la especia humana
(2) Babel sería  una tierra de confusión
(3) 6 señales de que el fin de nuestra civilización se acerca

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