sábado, 26 de noviembre de 2022

Hercules y la carta de los enamorados del tarot

 

 





En el Tarot de Marsella, vemos a un hombre joven flanqueado por dos mujeres, una de ellas con su mano sujeta a Hercules, su aspecto es más sobrio y al otro lado, una mujer que da la impresión de ser más joven.

Es una carta que yo la interpreto siempre en un primer vistazo, como la hora de tomar una decisión entre dos opciones muy diferenciadas.

En esta carta se refleja claramente la relación del tarot con la cultura clasica y la naturaleza del mazo como un producto renacentista.

Por analogía, la relaciono con el mito de la decisión Hercules en  su encuentro con la virtud y el vicio.


Es una narración que se adjudica al sofista Prodicus, un orador y filosofo muy respetado por el mismo Platón.





En la narración mitológica, estaba Hercules siendo un muchacho, preguntándose acerca de qué camino tomar en la vida y entonces, se le acercaron dos mujeres, una iba ataviada con un vestido discreto y sobrio y actitud adusta y el pelo recogido.

La otra mujer, vestía de forma que se apreciara la belleza de su cuerpo y su rostro maquillado; el cabello largo y suelto era movido por el viento y llamaba la atención del joven Hercules que de inmediato sintió por ella interés.


Esta segunda mujer le dijo a Hercules.

– Si vienes conmigo, tu vida será toda alegría y felicidad, a tu alcance estan todos los placeres que te puedan apetecer, posibles y podrías aprovecharlo; sin obligaciones ni responsabilidades; tu vida será decidir que cosda agradable tomar; qué comida o bebida agradable tomar; vive disfrutando del esfuerzo de los demás y satisface tu apetito sexual con quien desees; nada te será negado.


Hercules le dijo.

– ¿Quien eres?

Ella le contestó.

– Soy la felicidad, pero quienes me odian me llanan vicio, sin embargo, solo proporciono felicidad a quienes están conmigo.


Hercules no se lo pensó y estaba ya decidido a irse con ella


La otra mujer le dijo.

--Calla, tu presencia es aborrecida por los dioses – continuó diciendole a Hércules –, Hercules, yo me acerco a ti porque conozco a tus padres y te conozco desde que naciste hasta el dia de hoy y tu carácter durante tu entrenamiento.

Si vienes conmigo, tu destino será cumplir grandes y magnificos actos; pero no quiero engañarte, no hay nada bueno que lo dioses puedan dar, que no conlleve esfuerzo, si quieres el favor de los dioses has de adorarles.

Si quieres el favor de tus amigos has de de ofrecerles beneficios; si buscas ser premiado por una ciudad, debes de serle util a esa ciudad.

Si quieres la admiración de Grecia, has de luchar por los intereses de Grecia.

Has de trabajar duro y con esfuerzo, asumiendo la responsabilidad de actuar según aquello a lo que estas llamado.



Finalmente, Hercules decide irse con la Virtud y llevar a cabo su camino.




Esta idea de elegir entre el bien y la virtud, o también, entre el placer y asumir la labor a la que se esta llamado, la podemos encontrar también en la Biblia, cuando satanas se convierte en el tentador de Cristo, antes de que Cristo comence con la misión que tiene enconmendada.

La libertad de elección pudo hacer que Hercules se fuera con la virtud o con el vicio o placer; pero optó por hacer lo correcto.


Aunque de manera diferente, el mensaje que expresa viene a ser similar al que expresa la idea oriental del Dharma (ver el siguiente enlace de este mismo blog).


La vida es un tiempo demasiado valioso como para usarla en quehaceres vanos; existe una responsabilidad, un sentido y un aprendizaje; quien conoce o entiende que la naturaleza del Ser tiene su origen en un misterio metafisico, no puede orientar su vida a la mera satisfacción de los deseos de su naturaleza mortal.

Esto no significa que la vida deba de carecer de momentos de placer y de busqueda de la felicidad.



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