jueves, 16 de octubre de 2025

Una narración y su canción




Esta canción  sintetiza lo que sería la esencia del cuento ASHAR, que publiqué hace tiempo ya, y que pongo aqui un fragmento:

La modernidad la desplazó fuera del tiempo, la antigua carretera se transformó en una autopista dejándola aislada e invisible.



La taberna, de aspecto exterior descuidado, rodeada de silencio y quietud, evidenciando decadencia y abandono.


El interior era un espacio sin apenas luz, predominando los tonos marrones y cuadros con temas de caza o paisajes, ciervos, bosques y algún bodegón.


Mesas y sillas de madera con asiento de esparto, apenas algún cliente frente a un café o una cerveza y todos ellos, parecían encontrar en aquel lugar algún tipo de cómodo, extraños, ausentes; figuras estáticas en un decorado decadente.


Algo perdido entré en el local, la primera persona en la que me fijé, fue Dos Batallas, como me enteraría más tarde que era el modo en que allí se le conocía.


(...)


¿Como descubriste este lugar?—le pregunté animado por la curiosidad.

Me lo encontré—, respondió.

Yo también, me equivoqué de carretera y me encontré con este lugar.


La encontramos o nos encuentra —, me dijo —Topamos con esta taberna y nos atrapa, quizá sea una especie de estación término.

Yo llegué huyendo de mis salvadores.

Vaya— , respondí sorprendido e intrigado.

¿Y tú porque has venido?—, me preguntó.

Porque me gustó el primer día y sentía deseos de volver.


Asintió con la cabeza, pero en su expresión de ojos había una frase, sostenida con sus cejas y sus pupilas, que no llegué a traducir.


Todos tenemos un motivo— dijo —, aquí todos nos detenemos porque ya algo nos trae, o nosotros mismos hemos decidido detenernos.

Me aburrían las personas que juegan al enigma, pero entendí en sus palabras, que yo también poseía un motivo para estar allí.

Desconozco mis motivos, en el caso de que los tenga— le dije.

Puedes estar seguro.

La tranquilidad del campo es muy hermosa, sí—le dije yo.

No, no es eso...—, me negó con un gesto entre la tristeza y la náusea, como si la evocación de lo dejado atrás le punzara dolorosamente.


Espero no haber dicho nada inoportuno — le dije, al observar su reacción.



(...)


La mar en la oscuridad de la noche, es como una unión armoniosa entre el universo y la tierra, un nexo mágico de rumor de sal y nostalgias.

Fondeado en el centro del universo, esperé el ocaso definitivo, cuando la llama de la vela tocara la goma de la gasolina.

A mi cabeza vinieron a pasear recuerdos amables, un carnaval de sonrisas almacenadas, rostros alegres de todas mis edades, un extraño sentimiento, mezcla de melancolía y de satisfacción inundó la popa del velero y floté feliz en él.


La voluntad es más fuerte que la razón y cuando ésta no posee argumentos, derrumba todo a su paso como el viento de Marzo.

La razón no encontraba palabras para evitar mi deseo de vivir esta ceremonia de despedida. Y paso a paso fui dándole forma y completándola.


La melancolía y el deseo del amor que perdí, fueron las manos que ayudaron a que ahora estuviera allí, inmerso en la oquedad cósmica.

El rito se iba cumpliendo y el final se acercaba como te acercas a la ventanilla de un cine, tras esperar mucho tiempo detrás de una espalda que ni conoces ni te importa y con la que compartes la visión cada vez más cercana de la entrada.


Sumergido en la melancolía, dormidos mis sentidos, ajenos ya a sus funciones que parecían saber acabadas.


El trueno rompió el sonido del Ave Verum Corpus, que enmarcaba el momento trascendental, la música que yo había dispuesto para cerrar el rito de despedida se había ajustado al rito.


La explosión quebró la pequeña embarcación, el final se precipitó y mi corazón golpeaba con la dureza del metal.

El agua pronto inundó la bañera y me vi sumergido.


(...)

¿Eres familia del propietario?


Ella secaba unos platos con un paño, levantó la mirada, hizo un gesto, encogiéndose de hombros, el gesto que normalmente usamos para dar a entender que desconocemos algo.


Me quedé observándola, su estatura no superaba el metro medio, gordita, sus pechos eran carnosos, tersos y se asomaban por el escote de la camiseta de tirantes.


Debí de ser demasiado descarado, ella se puso frente a mí y me preguntó. —¿Así mejor?

¿Como? No entendí así de pronto, pero me di cuenta a los pocos segundos.

Ella rió y se fue.

Perdona si te he molestado.

No tiene importancia.

¿Como te llamas?

Pero ella se mantenía distante, en silencio, sin querer tomar ese contacto.

Desistí y me limité a disfrutar del café.


Al poco tiempo entró La Señora, se apoyaba en un bastón negro de madera.

Lentamente, se desplazaba por el local, hasta que se acercó a una mesa; la muchacha, al verla entrar salió de detrás de la barra y fue a su encuentro ayudándola a sentarse, entonces la vi sonreír, había mucha familiaridad entre ellas.


Durante unos segundos se quedaron mirándome, no sé de qué hablaban, pero me molestó que quizá estuvieran hablando de mí.

Regresó sonriendo a su labor tras la barra y me miró.


Me puedes llamar Ashar.


Qué exótico—dije sonriéndole—es un nombre extranjero, ¿verdad?

Sí.



Radio Maese Minor



viernes, 10 de octubre de 2025

trascendencia y tiempo (fragmento de un texto mayor)

 


Cuando nos interrogamos acerca del sentido de nuestra existencia, es necesario considerar no solo el hecho de poseer consciencia de nuestra existencia y de la necesidad de trascenderla, sino que esa trascendencia está delimitada por el factor tiempo.

Nacer y morir no son tan solo dos acontecimientos importantes, uno circunstancial y otro inevitable, a los dos les otorga sentido lo que acontece entre ambos acontecimientos.

Por eso el factor tiempo es determinante a la hora de resolver la pregunta acerca del sentido de la existencia.

¿Y es la racionalidad un problema? No, no es la racionalidad un problema, todo lo contrario, pero en nuestro tiempo, se considera que la razón está enfrentada a la metafísica.

Los errores de las instituciones religiosas, que han impedido el desarrollo y la evolución de sus doctrinas, a la par que ha crecido la capacidad humana para la comprensión de la realidad, ha creado el espacio necesario para que crezca una idea limitada acerca del sentido de la existencia, de modo que a la vez que los conocimientos científicos han ido dando explicación de la naturaleza y de la historia, las instituciones religiosas han mantenido a sus fieles encerrados en los límites de una fe cada vez más aislada de la sociedad y de la verdad objetiva.

De modo que lo metafísico ha quedado marginado; auto marginado más bien, y el triunfo del pensamiento científico se ha identificado como el único pensamiento racional posible.

Sin embargo, el uso de la razón; el razonamiento, para conocer la naturaleza de las cosas es la herramienta imprescindible para acceder a la verdad, tanto para conocer el funcionamiento de la naturaleza material como para conocer la verdad en relación con lo metafísico.

De manera que la evolución del pensamiento científico y la inmovilidad de las instituciones religiosas, han separado sin aparente conciliación, el pensamiento materialista y el pensamiento metafísico.

Mientras que esta separación exista, será imposible conocer la verdad completa.

El pensamiento racionalista, heredero de la ilustración y de ideologías como la socialista, el empirismo como forma de indagar y definir lo que es cierto o incierto en relación con la experiencia, limita a la humanidad a un estado de existencia temporal y limitado a sus sentidos físicos.

Aunque por otro lado, el empirismo aplicado a la experiencia espiritual es constructivo, la experiencia espiritual trascendente se torna en real cuando se realiza, se observa y ejecuta sobre el propio Ser.

Tanto la oración como la meditación, son actitudes empíricas, pues son formas de experimentación de la fe y de desarrollo de la misma.


jueves, 9 de octubre de 2025

Poesía del XIX musicalizada

 Estaba leyendo un libro de poesía del XIX,  pensé que era una lástima que la obra de autores tan excelentes, vaya quedando en el olvido.

Y es que alvo que seas Platón, la gloria es efimera, por muy famoso y reconocido que seas,  el paso del tiempo hará que seas olvidado.

Pensé ¿Por qué no ponerle  música a las obras de estos autores  cuya obra, merece la pena ser conservada?

Y así, le puse música a varias composiciones.

Mis dos favoritos de la selección, son Cuartetos escritos en un cementerio, de Gertrudis Gomez de Avellaneda y Amistad de la luna, de Carolina Coronado.

Se aprecia el cuidado en la composición y el uso de un vocabulario mucho más rico que el usado actualemente,   vocabulario y cuidado que se va perdiendo, en la medida en el que el autor seacerca al siglo XX.


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domingo, 28 de septiembre de 2025

el sentido del aprendizaje (fragmento de un texto mayor)

 



desde que nacemos hasta que morimos estamos sometidos a una continua sucesión de etapas de aprendizaje, la adquisición de un aprendizaje exige responderse al por qué de ese aprendizaje.

Si llegada la vejez, tan solo queda reflexionar acerca de lo que hemos aprendido, entonces esa reflexión al final de la existencia, ¿Qué sentido tiene? 

No hay una necesidad de aprender para apicar ese aprendizaje a futuro

 Después de todo, la finalidad del aprendizaje es la capacitación.



Estamos acostumbrados a considerar el aprendizaje como una necesidad previa a la hora de realizar una tarea que requiera de la información adquirida en ese periodo de instrucción, pero si la trascendencia intelectual, económica, etc., no es útil al individuo que al final de ese periodo se enfrenta a la muerte, la única razón de la existencia desde la perspectiva puramente racionalista, es que la trascendencia individual tiene sentido exclusivamente para mejorar la sociedad, que continúa existiendo y evolucionando más allá del periodo de duración de una vida humana; de ese modo, el sentido de la vida sería el procurar el mejoramiento continuo de la sociedad.

Pero entonces, ¿Dónde queda el individuo ante sí mismo? Se pierde, se diluye en el grupo como si la humanidad fuera un enorme hormiguero.

La vida del ser humano pierde consistencia cuando la única respuesta racional al sentido de su existencia, al por qué de su consciencia y de su continuo aprendizaje, es servir exclusivamente a la evolución de la humanidad.

Esta forma de verlo, libera al ser humano de plantearse una pregunta importante y es la relacionada con el tiempo.

Si el motivo de la inquietud trascendente se debe a una orientación natural al mejoramiento de la sociedad, ya no es preciso preguntarse el porqué de ese aprendizaje durante un periodo de tiempo limitado, como es el tiempo de duración de una vida humana, luego el tiempo tiene su importancia como la tiene el aprendizaje adquirido durante un año escolar para un colegial.

No preocuparse por el tiempo libera al pensador racionalista, que se desentiende de discursos metafísicos.

Pero hay otra cuestión, es que si la existencia humana desde un punto de vista rabiosamente racionalista, es la evolución y progreso de la humanidad. ¿Por qué ésta no mejora creando un mundo más justo y más habitable en la medida en que el racionalismo se extiende y consolida?

lunes, 22 de septiembre de 2025

concepto de Dios y las creencias limitantes (fragmento de un texto mayor)

 

Tanto el materialista-empirista como el creyente que da sentido a su existencia a través de una Tradición esclerotizada, son prisioneros de un dogmatismo que les impide a ambos observar la verdad completa de la existencia.

Necesitamos del pensamiento racional y lógico, tanto para comprender la naturaleza física como de la naturaleza espiritual del hombre, de forma que podamos reconciliar la verdad objetiva con la experiencia trascendente que conduce a Dios.

Siendo la existencia movimiento y aprendizaje, la fe inmovilizada por el temor al error, acaba sumergiendo al creyente en un error mayor, la incomprensión de la realidad y el alejamiento de la verdad.

Siendo la existencia movimiento, la experiencia religiosa haría bien en abandonar la inmovilidad y alcanzar la edad que le corresponde.

La experiencia religiosa ha evolucionado desde la más remota antigüedad, la intuición de la divinidad ha sido una constante en el ser humano, desde el animismo hasta el monoteísmo como forma más evolucionada de forma religiosa, un largo camino de evolución.

Aunque la explicación de las leyes naturales en un principio remoto, tenía una base teológica, en la medida en que la experiencia religiosa evoluciona camino del monoteísmo, se va separando y yendo en paralelo el conocimiento de la naturaleza y el conocimiento de Dios.

Las cosas se complican cuando la humanidad comienza a darle forma al monoteísmo y a encerrar la doctrina en textos sagrados.

La doctrina monoteísta registrada en los textos, se convierte en una prisión dogmática para sus fieles, sobre todo por el uso que las jerarquías sacerdotales van haciendo de los textos, perdiendo la capacidad para interpretarlos, como fue el caso del cristianismo en relación a los textos del Antiguo Testamento.

La religión deja de evolucionar y se detiene en el tiempo, creando un vacío discursivo que es llenado por una idea de la existencia que no contempla lo metafísico porque se le considera agotado.

La religión tradicional ha secuestrado a Dios, lo ha definido y transformado en un elemento sometido al tiempo, luego perecedero y mortal, pues las definiciones humanas son todas circunstanciales y perecederas.

Por otro lado, el Dios cristiano es el Dios hebreo, y se le puede seguir la pista hasta encontrarlo en el panteón cananeo, de modo que no podemos desde una perspectiva racional, considerarle real como entidad mitológica, aunque sí que podemos considerarlo como un medio para intentar acceder al Dios real, incognoscible para el ser humano.